Las emociones han representado un tema de gran interés para el análisis debido a que se relacionan con conductas complejas en el humano como la comunicación, la motivación y el aprendizaje.
Las emociones nos permiten responder a los estímulos el ambiente y a nuestros propios estados internos. Nos hacen posible generar respuestas adaptativas y son elementos básicos de la comunicación humana.
Las respuestas emocionales que conocemos en los humanos son una variedad de felicidad, sorpresa, desagrado, enojo, miedo y tristeza. Todas ellas presentan dos características comunes, como respuestas autónomas, motoras viscerales y motoras estereotipadas somáticas.
De acuerdo con Antonio Damasio (2018), las emociones también permiten las relaciones sociales y nos ayudan a establecer lazos sociales. Implican redes complejas de regiones que procesan la información social y emocional, áreas como la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo.
Estas redes involucran tanto a partes del cerebro evolutivamente antiguas, que compartimos con especies que han estado en el planeta más tiempo que nuestra especie, como a partes del cerebro que son más recientes. Por ello, las emociones combinan lo más primitivo de la conducta humana con lo más novedoso y racional.
La base de los procesos emocionales se encuentra a su vez en los variados procesos de homeostasis, de acuerdo a Damasio. Es decir, se trata de procesos que nos regulan desde niveles muy básicos como el nivel celular pero que determinan a procesos mucho más complejos como los conductuales, sociales y culturales.
De este modo, comprender de manera amplia las emociones, nos permite vivir de manera más agradable y efectiva. Pues nos permite explorar nuestros recursos racionales y afrontar los hechos que subyacen a las emociones.
En este sentido, es importante reconocer la diferencia entre emoción y sentimiento, que de acuerdo con Damasio (2001), son dos procesos claramente separables y diferenciables, existiendo una secuencia y un orden, pues la emoción antecede al sentimiento.
Como ya mencionábamos, las emociones son programas motores innatos a los que, con el aprendizaje social y cultural se agregan estrategias cognitivas racionales con la finalidad de planear, ejecutar y autorregular nuestra conducta.
En conclusión, el sentimiento, a diferencia de la emoción, es siempre una cognición acerca de lo que nos sucede emocionalmente, es decir, una cognición sobre aquello que nos emociona. De tal manera que la emoción no se trata de hechos invariables, las habilidades racionales, reflexivas y sociales pueden ayudarnos a afrontarlas de manera más eficiente. De hecho, la psicoterapia es unos de los recursos especializados más útiles para ayudarnos a mejorar estas habilidades.
Si te sientes identificad@ y tienes interés en trabajar en trabajar sobre tus emociones,
