Por Psicóloga Ilse Merari Tapia Garduño
A una semana del cese parcial de actividades producto de las medidas de prevención para contrarrestar la situación sanitaria que vivimos, empiezan a surgir comentarios en los que las personas manifiestan aburrimiento, inconformidad, miedo, estrés, entre otras cosas.
El aislamiento y la sensación de encierro desencadena diferentes reacciones en las personas, pero ¿a que se deben?, principalmente a la pérdida parcial de la libertad, la incertidumbre económica y laboral, el miedo a la enfermedad, el verse obligado a estar con uno mismo o con familiares.
Conforme va a pasando el tiempo de la cuarentena vamos a empezar a observar afectaciones en la salud mental de las personas, recordemos que hablar de salud mental implica tomar en cuenta la capacidad de adaptación que tenemos y las actividades que realizamos para recuperar el equilibrio biopsicosocial y nuestros estilos de afrontamiento.
La realidad es que no estamos preparadas para afrontar una situación como la que vivimos actualmente y esto nos enfrenta a nuestras estructuras y herramientas, somos una sociedad a la que le cuesta parar y que si somos realistas no todos podemos hacerlo, nos enfrentamos a realizar actividades de prevención, de ahorro, de vivir tal vez no limitados pero sí más conscientes de lo que gastamos y muchos de los trabajadores están frente al reto de aprender a trabajar desde casa y con esto romper el estigma que dicta que no sabemos ser autodidactas. Con lo anterior nos damos cuenta que estamos frente a una época de romper paradigmas y retarnos todos los días a hacer cosas nuevas.
Estos días van a exacerbar o favorecer ciertos trastornos mentales o rasgos de personalidad como trastornos de ansiedad entre los que destacan los trastornos de pánico, la agorafobia, fobias específicas y trastorno obsesivo compulsivo (TOC), rasgos de un trastorno depresivo, distrés, delirios de hipocondría, entre otros dependiendo la persona, pero también podemos enfrentarnos nuestros pensamientos catastróficos, a pensamientos y acciones autoboicoteantes, devaluar las acciones que realizamos. Algo que no debemos olvidar es que estamos respondiendo a una situación que está fuera de nuestro control y que nosotros no elegimos, por lo que estamos aprendiendo a lidiar con la situación y con nosotros mismos. Es muy importante recurrir al acompañamiento psicológico que permita mediante sesiones en línea fortalecer nuestras herramientas y estilos de afrontamiento para trabajar constantemente en nuestro equilibrio y salud mental.
Además de este acompañamiento psicológico es importante:
– Intentar mantener la rutina lo más posible
– Respetar los horarios de trabajo, ejercicio, hobbies desde casa.
– Salir de la cama
– Toma un tiempo en el día para meditar, escribir o cualquier actividad que reduzca tu ansiedad
– Favorece sanamente tus relaciones interpersonales.
– Realiza actividades de autocuidado y consiéntete
– No pelear por cosas sin sentido, busca la forma de lidiar con las personas con las que convives, busca estrategias como el tiempo fuera para solucionar conflictos.
– Si tienes la posibilidad acércate a un profesional de salud mental y ten sesiones en línea.
– Planea.
– Disfruta tu casa y valora lo que tienes.
– Aprende algo nuevo.
Las crisis funcionan para dos cosas, o nos paralizamos o nos movemos… ¿y tú qué vas a hacer?
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